miércoles, 21 de febrero de 2007

El yeso

Me acuerdo que cuando estábamos pequeñas en una ocasión mi hermana la menor se cayó de un subibaja o “trancapalanca” y se fisuró el codo y ya sabrán, la enyesaron.

Al poco tiempo la mayor (la bruja) tuvo un accidente de camión… Cuenta la leyenda que el camión fue impactado por un vocho kamikaze y se volteó, giró y quedo del otro lado del camellón (en sentido contrario) y la bonita al rato de que se levantó (después de estar un buen rato inconsciente) se sacudió, se subió al siguiente camión y cuando llegó con mis papas, la llevaron al medico y resulta que también se fisuró el codo, creo, y el caso es que las dos traían yeso al mismo tiempo, y yo, como la única de las hermanas que no tenia yeso quería uno… y seguía con que quería traer yeso, la tonta de mi, el caso es que con todo y que en ese entonces era “patuleca” nada mas no se me hizo, lo que si fue, que, en una de esas que me trepé a un árbol me caí y me hice una mega cicatriz (que hasta la fecha tengo y que por esa no me pude meter a un arroyito en un paseo escolar) en la rodilla… y todo porque quería un estúpido yeso.

FIN
(uy! que interesante)

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